«El sistema educativo y las organizaciones laborales son las que más van a cambiar como consecuencia de la situación del Covid»
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Andoni es uno de los 10 psicólogos experimentales españoles con mayor impacto científico internacional, y también está incluido dentro del 5% de los científicos españoles más relevantes en todas las áreas.
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Además, es investigador en Ciencia Cognitiva del Lenguaje y trabaja como Catedrático en la Facultad de Lenguas y Educación de la Universidad Nebrija, siendo el Director del Centro de Ciencia Cognitiva.
¿Qué consejos podemos dar a las familias para favorecer el pensamiento emocional de sus hijos?
El conocimiento de las emociones es fundamental para hacer un trabajo correcto con ellas. Por eso, lo primero es aprender a identificar las emociones de uno mismo y de los demás y, sobre esto, se podrá trabajar en un pensamiento articulado y en otro tipo de estrategias más profundas. Pero el primer consejo importante es que las familias tienen que hacer un gran trabajo de explicación e identificación conjunta de los sentimientos y de las emociones para que los niños y las niñas puedan saber cuáles son los dominantes en cada momento. Para ello hay un montón de estrategias, productos, juegos… que ayudan a entender las emociones más básicas y compartidas.
¿Cómo podemos desde la escuela fomentar la resiliencia en nuestros alumnos?
Un aspecto fundamental es el trabajo sobre el concepto en sí mismo. Tenemos que entender qué es la resiliencia para poder entender mejor como fomentarla. La resiliencia es una habilidad, una capacidad para afrontar la adversidad, y obtener en situaciones de estrés o momentos difíciles, los mejores resultados posibles. Es decir, obtener resultados positivos en una situación negativa, gracias a un mayor equilibrio emocional. La adaptabilidad del sistema y la flexibilidad cognitiva son fundamentales en las personas y se puede trabajar desde múltiples ámbitos desde una parte más emocional hasta otra más de funcionalidad ejecutiva.
«Tenemos que ser personas capaces de enfrentarnos de nuevo con flexibilidad cognitiva a las situaciones más estresantes»
La adaptabilidad a los nuevos escenarios, la capacidad de adaptarnos a diferentes situaciones, que pueden ser estresantes en diferentes momentos, también requiere un ajuste por nuestra parte, tanto en las formas como en los procedimientos para que podamos mejorar esta habilidad de resiliencia y ser personas capaces de enfrentarnos de nuevo con flexibilidad cognitiva a las situaciones más estresantes o dificultosas.
¿Cómo crees que ha afectado la pandemia al sistema educativo?
Creo que el sistema educativo y las organizaciones laborales son las que más van a cambiar como consecuencia de la situación del Covid 19, porque nos estamos ajustando todos a nuevas formas de hacer y a nuevas formas de enseñar, de aprender y de trabajar que de otra manera hubieran llegado más tarde. Ahora estamos pivotando más sobre el autoaprendizaje, sobre la persona, sobre el tiempo para el descubrimiento… y esto favorece un espacio de aprendizaje de trabajo en el que la persona es la titular de su aprendizaje, es el personaje más relevante en el acto de enseñanza-aprendizaje y hay una gran motivación intrínseca para acceder al conocimiento. Cosa que, en una situación más de aula clásica, nos hemos visto típicamente abocados a un continuismo en un sistema en el que el maestro/a son los que orientan al alumno mostrando los contenidos a través de los nuevos modos de acceso a la información que hemos fomentado durante el confinamiento y la pandemia.
¿Qué conclusiones has sacado del proyecto La Gran Pregunta?
La Gran Pregunta trasciende el objetivo que ha podido llegar a los medios de comunicación. El objetivo de este proyecto es encontrar cuáles son los puntos comunes y las diferencias que hacen que las personas obtengan una mejor puntuación en cuestiones relacionadas con la cultura general, es decir, existe el concepto de cultura general, por un lado y segundo cuales son las variables que determinan que tengan mayor o menor puntuación, los resultados hasta el día de hoy lo que nos están demostrando es que a nivel cognitivo las personas que han trabajado más la cognición dentro de un entorno formal de educación, es decir, las personas que han tenido una exposición mayor en la escuela y en la educación superior reglada son las que obtienen mejores resultados en este tipo de tareas mucho más allá del estatus socioeconómico.
La escuela hace que nosotros compensemos esas diferencias sociales y obtengamos un pozo de sabiduría que después se vuelca en este tipo de tareas, es decir las personas que han pasado más tiempo, dentro de la educación reglada son aquellas que obtienen más puntuaciones porque han trabajado su sistema cognitivo más tiempo. Igualmente, las personas mayores tienen pozos de sabiduría mayores que las personas más jóvenes. También hemos encontrado que existe un efecto pequeño, pero relevante, del estatus socioeconómico que ya se conocía. La gente que vive en entornos socioeconómicos más elevados, suelen obtener puntuaciones mayores y se entiende que esto es por una facilidad o exposición mayor a los recursos culturales
¿Qué proyecto estás realizando en la actualidad?
Por un lado decir que la Gran Pregunta, está escalando a nivel internacional y ahora tenemos colaboradores de distintas partes de Europa que están usando la misma base de preguntas para retar a las poblaciones de sus países. Con esto buscamos encontrar la respuesta a una pregunta un poquito más compleja, cuál es el conocimiento general universal, o cual es el conocimiento general extendido entre los estados miembros europeos.
Por otro lado, el otro gran proyecto que tenemos entre manos es el entrenamiento cognitivo, también relacionado con el confinamiento y las consecuencias de la pandemia. Hemos descubierto que se puede entrenar cognitivamente a los alumnos en las escuelas. Que se pueden destinar momentos del horario académico para intervenciones que a través de juegos hagan que los niños y las niñas desarrollen sus habilidades cognitivas que les puedan valer para lograr mayor rendimiento académico, mayor resiliencia, mayor capacidad inhibitoria, mejor capacidad de monitorización y para ello estamos trabajando con una gran empresa con posibles intervenciones en el campo educativo haciendo que los niños/as destinen una parte de su tiempo para entrenamientos ludificados. Veremos el impacto que esto tiene no solo en su rendimiento académico, sino en sus funciones cognitivas generales que impactan, sin duda, en el día a día.