En Colegios Zola, abordamos la resolución de conflictos con un enfoque basado en la comunicación respetuosa, utilizando empatía, escucha activa y asertividad. No existen fórmulas mágicas, todo se basa en el respeto de las normas desde edad temprana y el autoconocimiento. En este viaje educativo la colaboración con la familia es esencial para cultivar relaciones sanas dentro y fuera del Colegio.
Cynthia de la Torre Sánchez, responsable del Departamento de Pensamiento Emocional del Colegio Zola Villafranca, nos da algunas claves para conseguir relaciones sanas a través de una autoridad positiva.
- ¿Cuál es tu enfoque para resolver conflictos entre estudiantes o en la dinámica familiar de manera respetuosa?
Desde los Colegios Zola sabemos que no existe una fórmula mágica para la resolución de conflictos, pero lo que sí tenemos claro es que la comunicación respetuosa es la base de una relación sana, sea cual sea el contexto, y evita multitud de enfrentamientos. Es por ello, que nuestro modelo de resolución de conflictos se basa en la empatía, la escucha activa y la asertividad. Escuchamos tratando de entender el enfoque del otro, obtenemos la información relevante del mensaje sin hacer acusaciones personales y por último expresamos nuestras necesidades respetando las necesidades del otro. - ¿Estrategias para enseñar la importancia del respeto a las normas y límites establecidos?
Hay varias estrategias y depende bastante de la edad del alumnado, pero una de las claves es comenzar desde que son muy pequeños a trabajar en el respeto a uno mismo como herramienta para trabajar el respeto a los demás. También es importante dotar a los alumnos de vocabulario emocional, establecer conversaciones en grupo e individuales que ayuden a nuestros hijos/as a entender las normas sociales y marcar límites muy claros. A veces, como adultos damos por hecho conceptos que para los niños son muy abstractos, como por ejemplo, «pórtate bien». Pero en realidad, ¿qué es «bien» para un niño? Hay que explicar y detallar más lo que esperamos de ellos en cada situación.
Una de las claves es comenzar desde que son muy pequeños a trabajar en el respeto a uno mismo como herramienta para trabajar el respeto a los demás.
- ¿Cómo abordar las situaciones en las que un estudiante o hijo necesita tomar decisiones y aprender de sus errores?
La verdad es que la toma de decisiones es algo que se practica y se mejora cuanto más veces lo ponemos en práctica. Es decir, si desde que son pequeños acostumbramos a nuestros alumnos e hijos a que los adultos tomemos las decisiones por ellos, cuando llegue el momento en que deban tomar una decisión individual es probable que las dudas, el miedo y la incertidumbre se apoderen de ellos. Debemos ir dando oportunidades para la toma de decisiones desde que son pequeños, con cosas sencillas y básicas adecuadas a su edad para después ir incrementando sus responsabilidades y permitirles que se equivoquen. Trabajar la responsabilidad y la frustración cuando nos equivocamos, y sobre todo, acompañarles de cerca en este proceso sin tomar las decisiones por ellos. - ¿Cómo involucrar a las familias en la promoción de relaciones sanas y emocionalmente inteligentes?
Las familias son fundamentales, el pilar más importante diría yo. Lo primero que debemos entender es que para un niño, la familia es su primer referente social y emocional. Durante la adolescencia su grupo de iguales adquiere gran importancia, pero todo lo que hayamos sembrado en nuestros hijos respecto al vínculo emocional será fundamental para las situaciones a las que se tengan que enfrentar. Y lo segundo, es que familia y escuela deben ir de la mano en esos valores de respeto, empatía y asertividad, claves para la construcción de relaciones sanas. Los alumnos pasan muchas horas en el colegio y su mayor crecimiento social se produce ahí. Trabajar de manera conjunta desde la cercanía, pero con respeto, autoridad y cariño ayuda a nuestros alumnos a desarrollar su autoestima y a establecer relaciones sociales sanas y respetuosas.