• David Bueno, biólogo genetista y director de la Cátedra de Neuroeducación de la Universitat de Barcelona, ha dado el pistoletazo de salida a la VI edición de Eduemoción. 

  • En su ponencia ha abordado temas como el impacto que tienen las emociones en el cerebro de los niñ@s y adolescentes y en su capacidad de aprendizaje.

Aquí puedes ver el vídeo completo de su intervención:

En la VI Edición de Eduemoción, organizada por los Colegios Zola y que se ha desarrollado bajo el título «Educación Emocional y Salud Mental: la prevención en la comunidad educativa», hemos contado con el neurocientífico David Bueno, con el que ha conversado Marta Morales, responsable de Pensamiento Emocional del Colegio Zola Las Rozas. Estas son algunas de sus reflexiones:

Sobre la configuración del cerebro

  • «Tener un cerebro sano favorece tener una mente sana. Del mismo modo que tener una mente sana favorece tener un cerebro sano. Es una relación bidireccional. Tener pensamientos sanos influye en cómo se configura nuestro cerebro«.
  • «Se ha visto que las madres gestantes que se sienten cómodas consigo mismas desde el punto de vista mental, cómodas con su estado, con su pareja, con otros hijos si los tienen, que se sienten libres y acompañadas pero no sobreprotegidas, producen oxitocina que afecta a cómo se configura el cerebro del feto».
  • «Los primeros años de vida son una etapa muy importante para la configuración del cerebro. Las niñas y niños que en los primeros años de su vida viven situaciones de alta conflictividad hacen que los niños sean más impulsivos y menos reflexivos».

Sobre el aprendizaje

  • «Aprender algo con sensación de temor es garantía de luego no querer utilizar ese aprendizaje».
  • «Es mejor aprender menos cosas pero con un estado emocional satisfactorio».
  • «Durante los primeros años hasta la preadolescencia, los niños y niñas que experimentan con los sonidos, el arte, que hacen deporte… son más felices y están más implicados en todo lo que hacen».
  • «En la adolescencia es cuando el cerebro asimila los aprendizajes más complejos. A los adolescentes, no hay que tratarles como niños ni como adultos. Hay que ponerles límites a sabiendas de que van a intentar saltárselos, sabiendo que tendrán las emociones a flor de piel porque descubren por primera vez que las pueden gestionar a su antojo. Debemos pedirles que reflexionen, que planifiquen, siendo nosotros conscientes de que no pueden hacerlo como un adulto».
  • «Es mejor poner las expectativas en el proceso y no tanto en el resultado final porque el proceso lo hacen todos. Aceptemos de buen grado, con apoyo y confianza los esfuerzos que hacen los estudiantes, aunque al final no alcancen el nivel que nosotros habíamos imaginado».

Sobre las emociones y su relación con el aprendizaje

  • «Todas las emociones son cruciales porque todas están vinculadas con la supervivencia. Por ejemplo, el miedo es la emoción que nos permite huir; la ira nos lleva hacia la agresividad defensiva…».
  • «Cuesta mucho más aprender sin emociones».
  • «No todas la emociones son equivalentes. Aprender a través del miedo nos dejará una sensación incómoda, por lo que que luego no querremos utilizar lo aprendido. El miedo hay que desterrarlo del aprendizaje».
  • «Las emociones que debemos potenciar en el aula, en la familia… son la alegría, la confianza (porque aprendemos de quienes confiamos y porque la confianza se contagia) y la curiosidad. Estas emociones potencian la capacidad de crecimiento y autocrecimiento».
  • «Hay que proponer al alumnado retos que les saquen de la zona de confort pero que no sean inalcanzables».
  • «Cuando menos merecen que les quieras (a los alumnos y alumnas), más necesitan que les quieras«.

Estrategias 

  • «El mindfulness activa la plasticidad neuronal, lo que facilita los aprendizajes posteriores, y la capacidad de encontrar alternativas ante un reto».
  • «El estrés es el principal factor de riesgo, hay que dejar tiempo para que jueguen, para que descansen».
  • «Cada día deberíamos tener un rato para nosotros mismos y ahí cada uno tiene que encontrar lo que le hace sentir completo».
  • «La educación emocional debe ser transversal. Si no conoces tus propias emociones, ¿cómo vas a ayudar a tus alumnos?».